Han pasado 7 días de las elecciones.
Oficialmente, el Tribunal Supremo Electoral señaló que el presidente Evo Morales ganó las elecciones en primera vuelta porque le sacó más de 10 puntos de ventaja a Carlos Mesa pero esto ha desatado una crisis política muy seria.
La oposición está en las calles desde el día siguiente de las elecciones, antes incluso de conocer los resultados de forma oficial. Sostiene que existe un fraude “monumental” y que debemos ir a una segunda vuelta o anular las elecciones.
A la mitad de semana, el MAS también salió a las calles y convocó a movilizarse, para defender su voto. El presidente Evo Morales habló de cercar las ciudades con bloqueos de caminos.
Hasta hoy, los comités cívicos y grupos ciudadanos han logrado sostener una movilización en todo el país.
La Paz entra en paro mañana. Por la tarde habrá una concentración en la zona sur de la ciudad que repudia estas elecciones y habrá otra concentración en El Alto para festejar la victoria de Evo Morales.
Todos buscan defender el voto, todos dicen defender la democracia.
Estamos yendo a un escenario de confrontación que puede costarnos mucho. Puede dañar la democracia, puede dañar a la economía y puede terminar en enfrentamientos fratricidas.
La violencia no es una salida democrática. Los líderes políticos hoy están en una enorme responsabilidad, están obligados a hacer un acuerdo político que no deje ninguna de las posturas sin ser tomada en cuenta.
Este acuerdo debe partir de una constatación: no se puede negar ninguna de las dos posiciones. Los opositores no pueden ignorar la posición del gobierno, que señala: ganamos limpiamente. El gobierno no puede ignorar la posición de la oposición, que señala: hubo fraude. ¿Cómo resolver este impasse?
La mejor idea que había hasta ahora era una auditoría internacional sobre los resultados de las elecciones. Algunos líderes de oposición en principio parecen compartir esa idea, aunque otros han expresado la necesidad de ir más allá de los resultados y auditorías y someterse a una segunda vuelta en coincidencia con la recomendación de la OEA. Los más radicales piden anulación de las elecciones.
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Llamar a un diálogo entre partes sin desoír o minimizar la fuerza que tiene uno u otro bando sería la más grande contribución que nuestros líderes podrían hacer al desarme del país. Tal vez este todavía parezca un planteamiento ingenuo, pero no nos engañemos: en algún momento debemos llegar a la negociación. No olvidemos que después de que estos hechos pasen seguiremos teniendo que vivir juntos.
Hoy hemos invitado a Marcelo Silva y Jorge Richter dos politólogos y analistas para hablar de este momento difícil que estamos viviendo. A ellos les pido que este programa invite a reflexionar y sea una llamada a la no violencia.
DESACUERDO 